Homicidios de hombres Trans y personas Transmasculinas en América latina y el Caribe
Los hombres trans, es decir, personas a quienes se les asignó el género femenino al nacer pero que se identifican y viven como hombres, y las personas transmasculinas, quienes también fueron asignadas al género femenino al nacer, pero cuya identidad y expresión de género se alinea parcialmente o completamente con lo masculino, experimentan múltiples formas de violencia en diversas esferas de la vida, que se entrelazan y refuerzan unas a otras. A lo largo de este boletín, cuando se mencionan estas experiencias, nos referimos tanto a hombres trans como a personas transmasculinas que han sido víctimas de violencia letal y de otros tipos de violencia relacionada.
Introducción
Un factor que se comparte como región es que la violencia se genera o inicia desde la niñez en el ámbito familiar y escolar en donde, a través de agresiones verbales, físicas, psicológicas, económicas y administrativas, se busca imponer la feminidad como única opción válida, lo que se conoce como “feminización forzada”. Esta violencia inicial tiene como objetivo censurar cualquier manifestación de una identidad y expresión de género masculina que “se aleje del mandato social asociado al sexo asignado al nacer”, lo cual afecta profundamente la socialización primaria de los niños trans. Sin embargo, también existe la violencia impuesta por no alcanzar el umbral necesario de masculinidad según las normas sociales. En muchos casos, la
violencia, e incluso su mayor intensidad, se justifica bajo la creencia de que es una parte necesaria de la formación de la identidad masculina. Un ejemplo relevante es el caso reportado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos hace algunos años, donde una persona fuertemente golpeada por cuatro agentes de
la Policía Nacional Civil tras participar en una marcha del orgullo LGBT en San Salvador. Mientras lo agredían, los agentes gritaban que lo trataban “como se trata a un hombre» en referencia directa a su identidad de género.
