Activistas Vida y Pedro Pablo: la lucha contra la discriminación por el VIH en América Latina y el Caribe

Activistas Vida y Pedro Pablo: la lucha contra la discriminación por el VIH en América Latina y el Caribe

Ser activista en la lucha contra la discriminación en Latinoamérica es una actividad peligrosa, un factor de riesgo altísimo para quienes asumen la vocería en la lucha por sus derechos, más aún cuando pertenecen a grupos históricamente excluidos. Desde el 2017 al 2021, la Red Sin Violencia, mediante su Observatorio Regional, ha registrado más de 70 asesinatos de líderes LGTBIQ+ en Latinoamérica, siendo parte de estas cifras, Pedro Prada y Vida Huapaya de Perú.

El 31 de Octubre, el día de la canción criolla en Perú, se celebra la importancia de este género musical para la cultura peruana. Pero en 2021 no todo fue celebración. En el distrito de La Victoria, fueron asesinados Vida Huapaya Morales y Pedro Pablo Prada García.

Vida y Pedro Pablo en la lucha contra la discriminación por el VIH

La trayectoria de Pedro Pablo y Vida era conocida por ser luchadores del derecho a la salud para las personas que viven con VIH. Pedro empezó su marcada trayectoria como activista en 2000, cuando él y cuatro compatriotas con VIH presentaron una demanda judicial al Estado Peruano solicitando el acceso universal a terapia antirretroviral para todos los pacientes con VIH en Perú. El proceso nunca tuvo una respuesta favorable, por lo que decidieron llevar su demanda hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), gracias a su lucha y la presión ejercida, a partir de ese entonces, el Estado comenzó a asumir su responsabilidad, creando un plan de atención para personas con VIH, brindando medicamentos y tratamientos a quienes lo requerían.
Por su parte, Vida Huapaya, una mujer trans defensora de los derechos de personas LGTBIQ+, era amada en su comunidad, cuidaba a su madre de casi 90 años, en ocasiones cocinaba para eventos, era conocida por su cordialidad y servicio. También era defensora del acceso a los tratamientos para las personas que viven con VIH y había empezado a coordinar con Pedro el trabajo de algunos proyectos. La noche del 31 de octubre, sus vecinos escucharon gritos pero no les prestaron importancia y fue hasta el otro día que la sobrina de Pedro Pablo fue a su casa a buscarles y les encontró sin vida. La Fiscalía estableció que ambos tenían signos de violencia y tortura, sus cuerpos fueron encontrados tendidos en el suelo ahorcados con un cable y con múltiples moretones. A pesar de los anteriores indicios, se decidió investigar el caso como un robo ya que en la casa faltaban varias pertenencias. La policía tuvo acceso a unos videos donde se ve a los perpetradores en una fiesta el día del homicidio compartiendo y celebrando con ellos.

Investigación de crímenes por prejuicio en la lucha contra la discriminación

En las investigaciones policiales y en los reportajes periodísticos nunca se reconoció la identidad de Vida, desconociendo que era una mujer trans, lo cual es otra forma de discriminación. De igual manera, activistas que trabajan por la salud de personas con VIH y que defienden los derechos de personas LGTBIQ+ piden que el caso se investigue como un crimen por prejuicio, ya que habría estado motivado por la orientación sexual, expresión e identidad de género de las víctimas.
Para la Corte Interamericana de derechos humanos (CIDH) el concepto de violencia por prejuicio se usa para «entender la violencia que es ejercida contra las personas que se perciben como transgresoras de las normas tradicionales de género». En los casos de Azul Rojas Marín y otra Vs. Perú, y Vicky Hernández y otras vs. Honduras, este Tribunal señaló que es una obligación de los Estados investigar si la violencia ejercida contra personas LGTBIQ+ se basó en móviles discriminatorios. Además, en el caso de Vida y Pedro es necesario que se pueda investigar si el prejuicio también estuvo relacionado con su defensa de derechos de personas con VIH, las cuales suelen ser socialmente estigmatizadas.

La lucha por el acceso a los tratamientos del VIH en América Latina y el Caribe

Luchar por el acceso a un tratamiento universal y gratuito para las personas con VIH no es una tarea fácil. Según la Organización Panamericana de Salud (OPS) para el año 2020 esta enfermedad afectaba a cerca de 2.100.000 personas en Latinoamérica, muchas de ellas mencionan cargar con el prejuicio de padecer la enfermedad, pues son víctimas de discriminacion, rechazo y exclusión.
En América Latina y el Caribe aún se discrimina a las personas LGBTI, a las personas que están viviendo con VIH y a quienes defienden sus derechos. De acuerdo con ONUSIDA, «en el sistema de salud son comunes actitudes y prácticas discriminatorias que siguen dificultando el acceso a la prevención, el tratamiento y los servicios sociales para las personas con VIH». Está discriminación tiende a acentuarse en personas de la diversidad sexual y de género quienes son doblemente juzgadas por la sociedad y sistema de salud.
Por otro lado, la fuerte tendencia de la sociedad a silenciar la enfermedad y excluir a las personas con VIH lleva a que ellas prefieran sobrellevar la enfermedad en silencio sin acudir a tratamientos médicos y sin comentar su enfermedad. Desencadenando que estas personas no puedan desarrollarse plenamente en la sociedad.

Las cifras del VIH en Latinoamérica

Si bien es cierto, en Latinoamerica la mayoria de los países tienen integrado en su sistema de salud el acceso a las terapias antirretrovirales, esto no siempre se cumple debido a las barreras en el acceso a servicios de salud integrales, un ejemplo, es el Perú que solo hasta la demanda de Pedro Pablo empezó a implementar el plan de atención para personas viviendo con VIH. La situación en la región es similar, los planes quedan en el papel y en la cotidianidad se hace difícil acceder a las terapias y medicamentos, sumándole a lo anterior el miedo, el estigma a la enfermedad y el impacto reciente de la pandemia, la cual causó que muchas personas no tuvieran la posibilidad de acceder a su tratamiento o diagnósticos.
Para 2019 las muertes de personas por VIH ascendían a 37.000 en Latinoamérica según Consultorsalud, es contundente que está enfermedad sigue representando un grave problema para la salud pública. Carissa F. Directora de la OPS declaró que “se debe actuar rápido y tomar acciones que disminuya la desigualdad, el estigma y la discriminación que sufren los pacientes VIH positivo”.

La lucha contra la discriminación desde la red Sin Violencia

Desde la Red Sin violencia trabajamos por erradicar las violencias por prejuicio hacia las personas LGBTI+ en América Latina y el Caribe, es decir cuando están basadas en la percepción negativa sobre su expresión e identidad de género, orientación sexual o diversidad corporal. Estas violencias que, generalmente, cuentan con algún grado de complicidad social, requieren la erradicación de contextos discriminatorios que, como en el caso de Pedro Pablo, Vida y otres activistas, estigmatizan a las personas LGBTI+ por quienes son y las silencian por defender sus derechos y alzar la voz.
Este tipo de violencia tiene un impacto particular sobre personas trans , lo cual podemos ver perfectamente ejemplificado en el caso de Vida, cuya muerte fue inicialmente invisibilizada, los medios nunca la reconocieron como una mujer trans y tampoco se preocuparon por establecer claramente su trayectoria como defensora de derechos humanos.
De este fenómeno amenazante son cómplices todas las personas, desde la sociedad, con su intolerancia, hasta los Estados, silenciosos ante los asesinatos,que mantienen su negativa de prestar condiciones dignas para el ejercicio de los derechos de las personas LGBTI+ en todos los ámbitos de su vida.